Publicado en Houzz, por Rafael F. Bermejo. 2 de Abril de 2020
https://www.houzz.es/revista/coronavirus-como-van-a-evolucionar-nuestras-casas-stsetivw-vs~133748285
Todos nos preguntamos cómo el coronavirus va a cambiar nuestras vidas, nuestros hábitos y si volveremos a la normalidad de antes tras el estado de alarma actual. Confinados en nuestrascasas, también somos más conscientes del espacio que compartimos y de las limitaciones de nuestras viviendas, y reflexionamos sobre cómo podrían ser más agradables, cómodas, seguras y saludables. Hemos hablado con arquitectos en España, Italia y Francia, donde ahora mismo la situación de confinamiento es severa.
“Teniendo en cuenta las circunstancias en las que nos encontramos y los datos que cada día recibimos, parece razonable pensar que este periodo de confinamiento se va a repetir y, posiblemente, la forma de pensar y proyectar los espacios domésticos cambie”, afirma el arquitecto Gonzalo Pardo, director de Gon Architects.
Los hogares tendrán espacios versátiles y multifuncionales
Polivalencia, versatilidad o transformación son ideas constantes en las respuestas de los arquitectos consultados. Así, para Pardo “las viviendas deberán ser transformables”; mientras el arquitecto francés Frédéric Ganichot cree que “esta crisis acentuará la tendencia ya existente a diseñar espacios modulares”.
La multifuncionalidad de los espacios cobra más sentido en momentos en los que todas nuestras actividades se realizan en casa, desde trabajar a hacer deporte. Pardo opina que es probable que con el confinamiento vuelvan a introducirse en el hogar elementos que salieron con la aparición de los gimnasios, “como las bicicletas estáticas, las mancuernas y las esterillas para hacer yoga”. También asegura que donde más impacto notaremos “será en la inclusión de más espacios habilitados para el teletrabajo, desde estancias específicas hasta habitaciones reconfigurables en función de la hora del día”.
Se aprovecharán las terrazas y cubiertas y se potenciará la relación interior-exterior
“Terrazas, áticos o terrazas cubiertas se proyectarán en continuidad con zonas contiguas, dando forma a salones interiores-exteriores, dormitorios con patios privados, etc.”, dice Javier San Juan, fundador del estudio lado blanco arquitecturas.
En este mismo sentido se expresa Ganichot; para el que “los interiores en los hogares irán adquiriendo cada vez más condición de espacios exteriores”. Más allá va el arquitecto italiano Tommaso Giunchi, que cuenta que tiene amigos y clientes que afirman que “nunca más vivirán en una casa que no cuente al menos con un pequeño espacio exterior”.
Por otro lado, Pardo también cree que las cubiertas de los edificios tendrán más importancia y que serán “reductos comunitarios de libertad”.
En este aspecto, el arquitecto Moisés Royo, fundador de Muka Arquitectura, cree que sería una buena idea establecer una superficie mínima de zonas verdes para cada bloque de viviendas que no compute a efectos de edificabilidad (y con ello, a la rentabilidad de la promoción).
En España, los nuevos ensanches de las grandes ciudades sí suelen incorporar en sus viviendas una terraza. En todo caso, más allá de que consideremos que estos espacios son insuficientes, para Royo el gran problema reside en los barrios creados en el siglo pasado, o incluso antes, en los centros de las ciudades, “donde el ancho de las calles o la orientación de las viviendas hace imposible garantizar para cada usuario unas mínimas horas de soleamiento diarias”.
Permitir modificaciones en la estructura de esos barrios “para dar cabida sobre los edificios a zonas al aire libre sin aumentar la superficie construida” es, según Royo, urgente. Es revelador constatar que para algunos de los arquitectos con los que hemos hablado, la verdadera revolución de las ciudades del siglo XXI no pasa por evitar que el vehículo acceda al centro de las urbes, sino más bien por garantizar un espacio verde para cada bloque de viviendas en los barrios más céntricos.
Sobre cómo la arquitectura puede frenar la dispersión del coronavirus
Es un hecho que las ciudades son el principal foco de contagio y que la densidad de población es el mayor problema. En este sentido, Royo especifica qué cuestiones se deben analizar para poder frenar la dispersión de futuros virus en las viviendas: “en primer lugar, es importante señalar que el hecho de abrir la ventana para renovar el aire es una acción que solo haremos, más pronto que tarde, para limpiar la cara exterior del vidrio. Ya hay sistemas de ventilación mecánica que garantizan un flujo de aire las 24 horas del día con niveles muy bajos de CO2, y que, además, eliminan las partículas nocivas en suspensión y los virus que se desplazan en las gotas de agua”.
Todos oímos multitud de consejos sobre cómo actuar para evitar la dispersión del coronavirus. Uno de ellos es el de descalzarse en el rellano de la viviendas para evitar introducir el virus en casa. En este sentido, el problema de dejar el calzado en el exterior “no es de los virus, sino de nuestras casas”, dice Royo. Los hogares deberían diseñarse con un espacio previo, justo después del umbral de la calle o el descansillo, “donde poder descalzarse nada más acceder –continúa. Después, deberá aparecer otro ámbito para dejar los abrigos y otras prendas (gorros, bufandas, paraguas, etc). No se necesitan grandes espacios porque pueden adaptarse al tamaño de la vivienda y, probablemente, esta solución implica que debemos obviar los pasillos (¡por las malísimas distribuciones de las viviendas!) para destinar su espacio a la antesala. De esa forma nuestra vivienda siempre estará libre de virus”.
Los materiales también ayudarán a frenar la dispersión de virus. “Es importante que las superficies sean fácilmente limpiables y que en algunos espacios hasta repelan la suciedad. También es importante que los arquitectos trabajemos en la línea de crear detalles limpios en su ejecución y fáciles en su mantenimiento”, afirma San Juan.
Finalmente, en opinión de varios de los profesionales, los espacios comunes de las viviendas también deberán repensarse. En este sentido, Royo cree que se hace necesario aumentar la seguridad y prevención de posibles contagios por contacto en superficies a través de la tecnología. En concreto, “puertas con reconocimiento facial y el manejo por voz de los ascensores” evitarán que usemos botones o accionamientos manuales en la medida de lo posible.
Necesitamos casas que nos hagan sentir bien y pensadas para disfrutarse en familia Pardo opina que los espacios domésticos “deberán ser más lúdicos, ociosos y hedonistas para mantener entretenidos a la mayor cantidad de miembros de la familia”. Este tipo de pandemias desconocidas, que evolucionan con rapidez, sumen a la mayoría en un estado de ánimo pesimista. En todo caso, siempre hay cosas buenas, como el mismo San Juan cuenta. “Aun a riesgo de enfrentarme con alguien, esta crisis va a traer muchas cosas buenas. Renace, por ejemplo, el valor de estar juntos, de cuidar al prójimo, de relacionarte con los demás; también el valor de un buen espacio de trabajo, de relajación, espacios comunes bien decorados e iluminados que respondan a nuestros gustos y emociones”. Estar a gusto en casa resulta ahora primordial y, en este sentido, “la intervención de un profesional que colabore contigo te ayudará a proyectar nuevos espacios pensando en cómo somos y en qué es lo que necesitamos. Nosotros trabajamos la arquitectura emocional (neuroarquitectura) o cómo afecta a nivel cognitivo el espacio construido. Los espacios que nos rodean nos condicionan”, dice San Juan.
Comments